El director turco Nuri Bilge Ceylan, uno de los mimados de Cannes -quien en 2014 se coronó con el premio máximo con su Sueño de invierno-, regresó al Festival con un drama cotidiano intergeneracional que definitivamente no es para todos los gustos. La gente saliva por su cine y puedo ver lo que genera en su platea, pero El árbol de peras silvestre es todo un examen de paciencia para con el espectador casual, quien podrá apreciar el desarrollo de una buena historia que no parece dejar una mella emocional a futuro en la platea.