En 1998 el director japonés Hideo Nakata creó “Ring” (“La llamada”) una de las películas de terror japonés más famosa e inquietante. Las secuelas y versiones en otros países la impusieron como un sello del género. Veinte años después el director regresa al origen, al pozo de donde salió su fantasma más temido con la esperanza de acariciar aquel éxito del ayer. Aquí queda en el olvido el videocasete infernal que una vez visto y recibido una llamada producía la muerte inexorable de la víctima. Ahora la excusa es el morbo de los realities sobre la línea de lo sobrenatural, y una niña que sobrevive a un incendio, con una madre sospechosa. El youtuber intrépido desaparece y su hermana, una doctora que trabaja en un neurosiquiátrico decide investigar, incentivada por un paciente que puede ser la reencarnación de la temida Sadako, el origen de tanto terror. Sin embargo ninguna de las secuelas, ni versiones ni spin off de la película original lograron ese clima que asombro al mundo y fue un éxito en muchos países. El director de esa producción original logra encaminar bastante bien las cosas, sin golpes bajos, pero el terror ya no forma parte del film, si el retorno a su origen casi místico, a la explicación de tanta mujer castigada y obligada a la más terrible de la atrocidades y el fondo maldito de tanto mal que espera una venganza que pocas cosas logran saciar. La película tiene cierto encanto pero con eso no alcanza para llegar a la altura de esa primera vez.