El film vuelve al acecho con: apariciones, posesiones, violencia, situaciones que dan escalofríos, intriga, misterio y horror. En esta oportunidad continúa latente la maldición de Sadako, el poder de una niña, la cual fue asesinada por sus padres y el fantasma que posee un extenso pelo largo. Dentro de las actuaciones se encuentran: Elaiza Ikeda como Mayu, correcta; Hiroya Shimizu como el hermano de Mayu, algo sobreactuado y Himeka Himejima que es la nueva reencarnación de Sadako y no aporta demasiado.
Este es el retorno de la leyenda de 1998 que incorpora algunos encuadres, sonido e intriga, pero termina siendo repetitiva y más de lo mismo. Esta es una adaptación quizás más recomendable para los fans de la saga.