Cerca del fin del mundo
Mientras una computadora amenaza con una Tercera Guerra Mundial y los arsenales nucleares están a punto de volar el planeta, un policía fortachón, el presidente de EEUU y un grupo paramilitar se están disputando el control de la Casa Blanca a las piñas. No es una comedia absurda. No. Es una de las secuencias de "El ataque", la nueva película de Roland Emmerich ("Día de la Independencia", "El día después de mañana", "2012"). El argumento es simple (y muy parecido al de "Ataque a la Casa Blanca", que se estrenó hace sólo cuatro meses): un policía que sueña con formar parte de la seguridad del presidente de EEUU se encuentra en la Casa Blanca haciendo un tour con su hija. De golpe todo se transforma en un caos: un grupo de terroristas domésticos ataca el edificio, toma rehenes y va en busca del primer mandatario que (adivinen) será defendido por el policía solitario y valiente. "El ataque" tiene momentos entretenidos y podría haber sido una buena película de un solo hombre (al mejor estilo "Duro de matar"), pero el director se pierde entre sus desbordes de cine catástrofe y los disparates de la trama, que incluyen a una niña impidiendo un ataque aéreo ante cientos de cámara de TV y a servicios secretos resolviendo intrigas en un jardín como si estuviesen de picnic.