Los miedos de los norteamericanos después del atentado del 9/11 tienen que ver con los ataques internos. Lo vimos la semana pasada en “Amenaza roja”, con invasión de coreanos a Estados Unidos, superpatriotera. Pasó con “Ataque a la Casa Blanca” cuando, otra vez los coreanos, toman la mismísima Casa Blanca. En el “Ataque”, Roland Emmerich, enemigo de las sutilezas, imagina un ataque a la Casa Blanca por parte de enemigos internos que odian a un presidente que busca el desarme del mundo. Ironías del destino con este tiempo histórico. Siempre lo mismo: un muchachito, en este caso Channing Tatum, cuota de acción superlativa. Entretenimiento garantizado. No pidan otra cosa.