La casa está en desorden
Cerca. Aunque no cosechará aplausos, el experto en cine catástrofe Roland Emmerich hizo una razonable adaptación sobre un hipotético ataque terrorista a Washington. Si bien la reciente Ataque a la Casa Blanca, que replica exactamente la misma receta (con la casa de gobierno bombardeada y el presidente en jaque, un soldado duro de matar lo rescata de los escombros), ganó la partida por apenas dos meses, en cuestiones técnicas y de guión no hay comparación posible (en una lista de las 1001 peores películas, la cinta de Harvey Fuqua merece el top ten). Emmerich, incluso, se supera a sí mismo en esta película, altamente más digerible que la tristemente célebre y vituperada Día de la Independencia, junto a otros títulos olvidables de su historial como El día después de mañana y 2012. Desde luego, hay varios puntos flacos en la película. John Cale (Channing Tatum), el Rambo de esta superproducción, es un ex soldado cuyo reingreso a las fuerzas le es negado, y que casualmente se halla en una visita guiada con su hija por la Casa Blanca cuando un grupo paramilitar toma por asalto la sede de gobierno. El resto es un calco del film de Fuqua. Encerrado, Cale deberá rescatar al presidente (esta vez, un mandatario negro, encarnado por Jamie Foxx) y liquidar a los atacantes, demostrando de paso su valía de soldado. En suma, El ataque es otra exhibición de patrioterismo apenas aliviada por las actuaciones del confiable James Woods como el agente Walker y de Tatum, que cimenta en este film sus dotes para el cine de acción.