Peligrosa curiosidad
El Atelier (2017) abrió Les Avant Premiere. La película del respetado director francés Laurent Cantet, quien también pasó por Argentina para presentar el material, es tal vez la más astuta en la muestra. Escrita por su socio Robin Campillo, el intimidante relato invita al espectador a ser temerario y descubrir qué se esconde detrás de los textos de un joven aprendiz de guionista.
Luego de pasar por el festival de Sevilla y Cannes (en la sección Una Cierta mirada) Les Avant Premiere consigue traer a nuestro país una pieza digna para festejar los 20 años de la muestra, algo así como la frutilla del postre.
Ya habíamos tenido pruebas de que el dúo Laurent Cantet-Robin Campillo (director de la aclamada 120 pulsaciones por minuto (120 per minutos, 2017)), funciona muy bien. Sucedió con Hacia el sur (Vers le sus, 2006) y la ganadora de la palma de oro Entre los Muros (Entre les murs, 2008). Ahora vuelven a destacarse con la historia de un joven que asiste a un taller de escritura conformado por varios chicos, los cuales funcionan como representación social de la Francia actual. Un africano, dos musulmanes, la profesora con ADN europeo y, entre otros, Antoine, nuestro protagonista.
Se le da muy bien, sobre todo a Campillo, esto de conformar un elenco coral, joven y enérgico, volcarlo en una clase, para luego desprender a uno del grupo e ir desglosándolo hasta transformarlo en la figura a seguir. Es así como descubrimos a este muchacho retraído, que no le interesa mucho coincidir con sus compañeros, y mucho menos con los padres, quienes casi no tienen peso en el argumento.
Los que recuerden el rostro argumentativo en Elle - Abuso y seducción (Elle, 2016), no podrán dejar de imaginar en el papel de la profesora Olivia (interpretado por Marina Foïs) a Isabelle Huppert. El personaje le calzaría justo, no solamente en lo actoral, sino también por la historia, donde hay momentos en los que El Atelier parece ser hermana de la producción de Paul Verhoeven.
Hay niveles de seducción moral-intelectual altísimos (y hasta alguna escondida pulsión sexual) que empieza a jugarse cuando la profesora observa lo atosigante que resulta ser su alumno para el resto. La plasticidad de Antoine para defenderse de sus polémicos textos sobre la violencia atrae a conocer al hermético personaje creado por estos dos realizadores de extirpe guionista. A pesar de su provocador y peligroso silencio, queremos saber más sobre su vida.
La suma de todas las partes, a las que merecen ser agregadas ciertas características del cine de Michael Haneke (sobre todo en los momentos donde el chico espía a su profesora) construyen una película temeraria. Conocemos, al igual que Olivia, el peligro de sumergirse en la mente del joven, pero aun así decidimos continuar. Hasta las últimas consecuencias.