El francés Laurent Cantet vuelve a la exploración de la realidad y de las generaciones jóvenes -como sucedió en la laureada Entre los muros- con la historia de un taller de escritura donde chicos de clase obrera, bajo la tutela de una escritora consagrada, deben construir un thriller. Uno de los jóvenes es especialmente conflictivo y eso desata toda clase de tensiones. El film funciona muy bien en su naturalismo, pero intenta abarcar demasiados temas (vida digital, falta de futuro, racismo, etcétera) y, en ello, pierde fuerza.