Laurent Cantet no es ningún extraño para los consumidores de cine francés. Sus películas Recursos Humanos (1999) y Entre los muros (2008) dieron a conocer a un director con una mirada humanista en sus historias, que nos juzga a los personajes y las distintas pluralidades de opiniones.
L’Atelier es su nuevo trabajo en donde vuelve a trabajar con los temas que le interesan. Un grupo de personajes trabajando mientras la cámara los filma como si de un documental se tratara, algo que ya había desarrollado en Entre los muros. Lejos de los artificios del cine, los actores se mueven naturalmente y logran que se deje pensar que lo que se ve es en realidad una interpretación. De ahí que lo que dicen los personajes sobre la política, la violencia racial e inclusive temas banales suenen tan reales.
Pero también como los protagonistas que trabajan sobre una novela de misterio en un taller, Cantet ensaya cierto tipo de cine suspenso ligado a Alfred Hitchcock con una conseguida tensión entre los dos personajes principales. Esto termina siendo lo mejor de esta nueva incursión del director francés en el cine, son esos pequeños momentos que le dan vida a una película que constantemente hace pensar en otras de sus obras.
No ayuda que el conflicto del personaje principal interpretado, eso sí convincentemente, por Matthieu Lucci, sea tan poco atractivo, sobre todo en comparación con el personaje de Marina Fois que brilla en cada escena opacando a los demás actores.
Al final de la película en una especie de despedida del personaje principal y porque no en parte discurso del propio director argumenta el porqué de su conflicto y problema: La respuesta es sencilla: Estaba aburrido ¿Esta Cantet aburrido de su cine y de sus temas? O ¿está buscando alguna manera de mezclarlo con otros géneros?
L’ Atelier no es una mala película pero no es lo mejor de su director, alguien que logro que el drama humano, los pensamientos de sus personajes y su acercamiento a los distintos grupos sociales sea interesante.