Todo gira en torno a los pobladores de la Ciudad de La Ciota, ubicada al sur de Francia. En esa zona hace varios años cerró un astillero, una fuente laboral muy importante para todos los pobladores.
Por lo tanto surge un taller de escritura patrocinado por la escritora Olivia Dejazet (Marina Foïs), allí asisten siete jóvenes, donde hay: un musulmán, un español y un africano. Ellos charlan, discuten, piensan historias para escribirlas y no tarden en salir a la luz los problemas sociales y raciales. Uno de los jóvenes del grupo Antoine (Matthieu Lucci) hace ejercicios cuidando su imagen, mira videos relacionados con las armas y el ejército francés. Es rebelde, provocador, se mueve sin miedos, va sacando sus frustraciones, sus broncas y las manifiesta en las clases.
A lo largo del film el director se toma sus tiempos para darnos una buena presentación de los distintos personajes, la cámara los sigue, se van construyendo diálogos fuertes, interesantes, vivaces y enérgicos, con sugestivos primeros planos y consta de buenos giros dentro de su desarrollo. Cantet es un director humanista, comprometido, que conmueve y te hace reflexionar, aunque esta no resulte la más lograda de su filmografía. Tiene algunos puntos en común con “Entre los muros”.