Son pocas, casi contadas, pero afortunadamente aún existen películas capaces de ratificar al cine como una experiencia movilizadora. El auge del humano es uno de esos films que, una vez finalizado, provoca un irrefrenable deseo de cotejar inmediatamente las impresiones que deja, sea intercambiando opiniones con algún espectador ocasional, recurriendo a críticas previas o relevando testimonios de su director y/o protagonistas. El debut de Eduardo Williams, un experimentado (y experimental) cortometrajista, es una inclasificable propuesta que se estrena luego de un extenso recorrido por diversos festivales, entre ellos Mar del Plata, donde obtuvo el Premio Especial del Jurado, y Locarno, donde fue premiada como Mejor Película en la competencia Cineastas.