Extraña como ella sola, y subyugante, y cruda, es esta película casi experimental que sigue a un chico que pierde su trabajo como repositor en un supermercado, en Buenos Aires y chatea con otro de Mozambique, mientras una especie de segunda parte sigue, en largos planos secuencia, cámara en mano, a otros jóvenes, lejanos y distintos, en una selva. Inclasificable, osada, una película que captura lo instantáneo de una manera algo excéntrica pero valiosa.