Siete mujeres y ningún varón La primera película en soledad del multifacético (director-músico-actor) Dennis Smith (Roud Muvi, 2009) lo pone en el centro de la escena cinematográfica indie argentina. Comedia melodramática femenina es el mejor rótulo que le cabe a El ayuno (2010), un retrato sobre el género focalizado en el controversial universo familiar, en donde el rol masculino brilla por su ausencia. Siete mujeres relacionadas por lazos de parentesco –salvo el caso de la mucama- se verán obligadas a pasar un día de sus vidas mientras esperan a la madre-suegra- abuela a la que hace algunos años no ven. Durante esa convivencia, cada una de las integrantes de ese núcleo, sacarán a la luz sus propias miserias humanas, que no son otras que las mismas que están guardadas en lo más profundo del seno de cada familia y claro está, de cada mujer. Smith ya había demostrado cierta inquietud por el género femenino y la representación de la ausencia masculina en la experimental Roud Muvi -codirigida junto a Alejandro Welsh-, aunque ahora el tema es desarrollado en toda su magnitud. A partir de ésta búsqueda construye un relato coral desarrollando cada personaje con una profundidad sintáctica digna de destacar. En algo más de 70 minutos logra que el espectador conozca a cada uno de los integrantes de ese clan a la perfección, gracias a la información necesaria que se va proveyendo a medida que el relato transcurre, sin excesos y con una precisión milimétrica. El ayuno tiene una característica fundamental que es la de haber sido realizado de manera totalmente independiente y ese es un logro que hay que destacar. Más allá de la técnica, que a pesar de los escasos recursos está más que lograda, el gran acierto es el desarrollo narrativo y el casting de actrices capaces de lograr una naturalidad actoral despojada, ausente en el cine actual. La diversidad de climas y los cambios bruscos de estados entre una escena y otra , sin caer en el estereotipo ni el cliché, es producto de la clara formación teatral del realizador. Resulta casi imposible no asociar el universo coral femenino que el film nos muestra a películas de directores que también han tratado el tema como Pedro Almodóvar (Mujeres al borde un ataque de nervios, 1988) o François Ozon (8 Femme, 2002), por citar algunos vagos ejemplos, pero que son sólo coincidencias temáticas, ya que Dennis Smith se desprende de ese karma para lograr un film radicalmente opuesto desde la concesión estética y el desarrollo dramático. A pesar de haber costado algo más de diez mil pesos y de haber sido rodada en sólo 80 horas, El ayuno es una comedia compacta que muestra el universo femenino con la ironía y la desfachatez con la que sólo un hombre que las conoce como nadie puede hacerlo, evitando caer en el lugar común y con una economía de recursos como muy pocas veces el cine argentino mostró. Siguiendo la tradición teatral, el film se proyecta los días domingos a las 20.30 hs en El camarín de las musas (Mario Bravo 960-Capital Federal).
Sietes mujeres se reúnen para recibir a la abuela de la familia pero debido a un imprevisto se ven forzadas a pasar un día entero juntas sin nada que hacer más que esperar. Según su creador, se trata de una comedia liviana, pero si tenemos en cuenta que se relaciona con los vínculos entre madres e hijas y, nada entre mujeres puede ser liviano! Sí podríamos decir que se cuenta la historia de manera almodovariana: con humor e ironía se refleja la angustia y los problemas de siete mujeres que deben llevar adelante sus vidas. En este caso la espera (el ayuno) actúa como disparador para mostrar los conflictos entre las diferentes generaciones. Así se presentan los problemas de los personajes en pares opuestos embarazo-infertilidad; soledad-promiscuidad pero que se irán resolviendo con el desarrollo de la trama. También enriquecerán la historia otros roles como tías/madres hipocondriacas o fóbicas. Los diálogos son atractivos y ponen de manifiesto el trabajo de ocho meses de improvisación, de este modo resultan cotidianos y familiares. De esta manera el film promueve una rápida identificación del espectador con los roles tradicionales de madres, hijas, primas o tías. Cabe destacar que en este proyecto está presente el interés del realizador por cruzar el quehacer teatral y el cinematográfico, fueron varios meses de ensayo y la creación del guion fue a partir de las improvisaciones. La obra ganó el premio al Mejor guión en el festival de cine de Saladillo además fue reconocida por el Fondo Nacional de las Artes y declarada beneficiaria dentro del marco de la Ley de mecenazgo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Una buena opción para tener en cuenta.
Estuvimos en la función privada de la película El Ayuno dirigida por Dennis Smith. Se trata de la segunda película del director. La anterior fue Roud Muvi co-dirigida con Alejandro Welsh y estrenada en el 2009 con muy buena recepción por parte del público. El ayuno se origina en un proyecto que fue premiado por el Fondo Nacional de las Artes y declarado beneficiario dentro del marco de la Ley de Mecenazgo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y ha obtenido el premio al Mejor Guión en el Festival de Cine de Saladillo con un jurado conformado por Vanesa Ragone (El Secreto de sus ojos), Sandra Gugliota (Las vidas posibles) y Alejandra Marino (Franzie). Ha sido realizado en forma totalmente independiente y demandó 80 horas de trabajo y un presupuesto de $11.700. Hay en el director y en su equipo un interés en experimentar con la utilización de elementos propios del teatro y del cine que ya se evidenciara en su anterior film. Nos cuentan que El ayuno "fue ensayada durante 8 meses y su guión fue creado a partir de improvisaciones, emulando la gestación de tantos proyectos teatrales del panorama porteño. Ambos motores (el tiempo de ensayo y la génesis del guión) difieren de la norma del ámbito cinematográfico" . Sin duda, esta forma de trabajo le está dando a Dennis Smith muy buenos resultados. Es grato para el espectador encontrarse con personajes sólidamente constituídos y en cuya construcción se han aprovechado, seguramente, las características más interesantes de cada una de las actrices. Estamos acostumbrados a notar que en el cine y más aún en la televisión, se filma "de una" con muy poco o ningún trabajo con el actor. Algunos dicen que lo hacen porque no cuentan con el tiempo que sería necesario y otros argumentan que lo hacen buscando "frescura" o "naturalidad" en las interpretaciones. Salvo contadas exepciones, esto solo da resultado en películas documentales o donde el director se contenta con que los protagonistas "hagan de ellos mismos", en los demás casos y principalmente en los film basados en textos literarios donde los personajes requieren de una corporalidad definida, más que frescura se logran actuaciones que dejan mucho que desear. Por suerte, el camino que siguió el director de El ayuno ha sido muy distinto. El eficaz trabajo previo con las actrices en los ensayos contribuyó a la elaboración del guión y a crear las características de cada uno de los personajes de tal forma que perfectamente uno podría imaginarse el desarrollo de otros relatos a partir de las características y situaciones individuales. Las limitaciones técnicas y de presupuesto se compensan con buenas composiciones de las imágenes, un relato entretenido y un excelente y parejo nivel en las actuaciones. La elección de la sala resulta acorde al tono intimista del film y a la idea de acercar teatro y cine considerando que es un espacio tradicional de teatro que está cumpliendo dos años como sala de cine alternativo y en la que Dennis Smith estrenara en el 2009 su opera prima. El domingo 30 de enero es el estreno de este largometraje que se exhibirá una vez por semana durante dos meses, al modo de las obras teatrales, los domingos a las 20:30 en el Camarín de las musas, Mario Bravo 960, Ciudad de Buenos Aires.