Western urbano con robos y romances
El ladrón de cajas fuertes Vergara Grey (Ricardo Darín) sale de la cárcel para rearmar su vida junto a su mujer y su hijo; mientras Angel (interpretado por Abel Ayala, de El polaquito), un joven presidiario, también queda libre y se cruza con una bailarina callejera. Sus caminos no tardarán en unirse para dar un nuevo golpe.
Con este esquema argumental basado en la novela de Antonio Skármeta (El caretero), el director español Fernando Trueba asume esta co-producción con mezcla de acentos (el taxista cubano que se convierte en secretario de Vergara Grey) y ambientada en Santiago de Chile.
Ni los díalogos ni la variedad de estilos por los que atraviesa el relato ayudan para que éste se haga creíble. Resulta poco probable el encuentro entre el muchacho que sale con ira de prisión y se termina enamorando de la bailarina callejera (muda).
El film mezcla el drama romántico, el policial y el western urbano, en el que se dan cita hampones, crímenes carcelarios y un alguacil que tiene una deuda por un abuso del pasado. Todo junto en una pelicula que no seduce y que tiene un clima romántico forzado a pesar de sus bellas imágenes.
Ricardo Darín aparece como desconcertado en un papel que no le sienta (roba pero se siente maravillado ante la presencia de la Cordillera) y se luce (aunque por momentos exagerado) Abel Ayala, quien imprime carisma a su personaje.