Es una historia fuerte donde se vuelve a tocar el tema del abuso sexual de los sacerdotes a menores. Aquí se relata a través del flashback como un adolescente sufrió en carne propia los atropellos físicos y psicológicos por parte del cura. De qué forma cuenta su experiencia, después de 20 años desenmascarando este lugar y a la envestidura de un representante de Dios. Cuenta con la extraordinaria actuación de Luis Gnecco (merece un premio) que compone al manipulador y autoritario Karadima, todo su cuerpo se proyecta en cada escena y su cara entre santo y diabólico. Todo se encuentra bien narrado, la cámara toma no solo a sus protagonistas, sino también sus locaciones, sus pinturas, imágenes, música e interpretaciones que se van tomando sus tiempos. Al espectador lo tiene en tensión cada situación y más aun cuando conoce el desenlace a través de los títulos finales. El tema está candente, tanto en nuestro país, como cuando vimos hace poco el film ganador del Oscar “En primera plana” que hablaba de la pedofilia en la ciudad de Boston.