Tres personajes atrapados en la fantasía
Mientras el cine de género triunfa en la taquilla del mundo entero, en Argentina todavía cuesta que encuentre su lugar, ya sea en difusión, distribución o exhibición. De factoría mayoritariamente independiente, numerosos realizadores han transitado por este camino con mayor o menor suerte. En los últimos tiempos hubo ejemplos claros de que el cine de terror, gore y fantástico argentino funciona, y El bosque es un claro ejemplo de que hay directores que se arriesgan a no seguir a las convencionalidades impuestas y lograr así hacer un cine diferente.
Con claras referencias a la leyenda del Minotauro y a la literatura borgeana, los realizadores se toman la licencia de adaptar la historia al mundo de hoy. En ella, tres personajes atrapados en un bosque se dejaran llevar por la tragedia de un destino marcado con antelación.
Una cuidada y minuciosa construcción estética logran un film atractivo desde el plano visual pero justificado desde la narrativa. Cada plano, cuidado en su más mínimo detalle, tendrá un porqué dentro de la historia a la que se está refiriendo. A pesar del espacio reducido y de contar con sólo tres personajes, la cámara se abre de tal forma que lo chico parecerá grande y lo feo se convertirá en bello, sin por eso convertirse en un film abyecto.
Temporalmente El bosque transcurre en fracciones de tiempo que hábilmente, los directores, lo dividieron utilizando separadores fundidos al negro, elemento que sirvió para marcar cada una de las pequeñas elipsis temporales que serán determinantes a la hora de subrayar los cambios en las personalidades de cada uno de los personajes implicados.
Fantasía, leyenda o realidad El bosque juega con los géneros de la misma manera que manipula al espectador para llevarlo hacia el estado que propone, ya sea de tensión, zozobra o relax. Algo que en el cine argentino muy pocas se permite y que hacen de que un espectador pasivo se convierta en activo.
Pablo Siciliano y Eugenio Lasserre construyen un film homogéneo tanto en contenido como forma y a su vez heterogéneo a los cánones al que éste nos tiene acostumbrados. Queda claro que es un mérito que debe ser tenido en cuenta a la hora de elegir qué película ver este o cualquier otro fin de semana de noviembre. Sólo se proyecta en el Arte Cinema de la Ciudad de Buenos Aires.