El buen amigo gigante

Crítica de Alejo Paredes - La cuarta pared

El Buen Amigo Gigante es un hito en la carrera de Steven Spielberg: ésta es la primera vez que nuestro querido Estéban hace chistes sobre pedos. Sucede que el simpático monstruo del título toma una gaseosa de su propia elaboración, con burbujas que van hacia abajo, que le produce flatulencias con la fuerza suficiente como para levantarlo varios metros de su asiento. Él llama a este fenómeno "Flatu-Bombas". No veo forma en que no sea doloroso.

Sí puedo ver los gifs con esa escena y un cartel que diga algo como: "Cuando estás solo en tu casa y te tirás un pedo". Pero estoy divagando. Es que estoy desorientado. Nunca imaginé que iba a ver un chiste así en una película de Spielberg. Parece ser que todavía hay ciertas cosas con las que el director más exitoso de todos los tiempos puede sorprendernos.

Sin embargo, ésta no es una grata sorpresa. El Buen Amigo Gigante (The Big Friendly Giant) sigue la amistad de Sophie, una huerfanita insomne fanática de Charles Dickens, y el personaje titular, que será fantástico pero es bastante hogareño, en especial cuando se lo compara con los otros gigantes del filme, que comen "humanombres". El guión es de la fallecida Melissa Mathison, que por cierto también hizo el guión de E.T.; así que se podría suponer que la relación entre la nena y el gigante estaría bien desarrollada. No tan así. La amistad entre Sophie y el BAG parece forzada para conducir a la mayor cantidad de secuencias de efectos especiales posible. Exceptuando algún que otro momento, la mayoría de estas secuencias decepcionan. Desde un punto de vista adulto, al menos: los niños podrían disfrutarlo, si es que son capaces de ignorar la desagradable apariencia casi de uncanny valley del BAG.

Los últimos años han sido extraños para Steven Spielberg. Podríamos dividir su obra en tres etapas: una de juventud, que va desde mediados de los años setenta a principios de los noventa y es cuando Spielberg creó y perfeccionó el blockbuster hollywoodense; luego viene un periodo de filmes sobre temas más serios, como el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial; y la etapa actual, que se podría decir comenzó a mediados de la década pasada, ha sido la etapa de "veterano" de Spielberg. En esta etapa, lo hemos visto hacer de todo, desde películas históricas, hasta su primer filme animado; pero hace mucho tiempo que no pega un "hit", una de esas obras que fueron aclamadas por el público y la crítica, las que le ganaron su reputación (El Buen Amigo Gigante tampoco tuvo suerte en este aspecto; ya es considerado un fracaso de taquilla en Estados Unidos).

Se creería que una fantasía infantil sería pan comido para un artista como Spielberg, pero tal como demostró Roald Dahl, el autor de la novela en que se basa esta película (además de Charly y la Fábrica de Chocolate, Matilda, y El Fantástico Sr. Fox y varios libros para adultos que nadie lee), se requiere algo más que chistes ridículos y colores efervescentes para entretener a un niño sin exasperar a un adulto.

VEREDICTO: 4.0 - TRÁIGANME AL SR. SPIELBERGO

Quizás divierta a los más pequeños pero, desafortunadamente para el resto, El Buen Amigo Gigante no tiene ni el encanto multi-generacional de aquellos magistrales blockbusters de antaño realizados por Spielberg, ni el de las obras literarias de Roald Dahl. Recomendado para pibes (y no tan pibes) a los que NO les guste leer.