Muchos autores para niños se apoyan en temas más bien adultos u oscuros, y uno de los más reconocidos en este aspecto es el inglés Roald Dahl. Sus obras más conocidas son Matilda, Jim y el Durazno Gigante, Charlie y la Fábrica de Chocolate y Fantastic Mr. Fox. Fueron llevadas al cine en 1996, 1996, 2005 y 2009 respectivamente. En los países de habla inglesa se lo conoce más por sus libros, pero en Argentina fueron estas películas las que lo hicieron célebre, y en ellas se mantuvo perfectamente el espíritu crítico del autor. Para sumarse a esta lista llega El Buen Amigo Gigante, otra historia de aventuras, valentía y amistad.
En el medio de Londres hay un orfanato de niñas. Son las 3am y Sophie no puede dormir. De repente, ve por la ventana a una figura enorme, encapuchada, que se da cuenta de su presencia y la abduce. Se escapa de la ciudad corriendo a gran velocidad y la lleva a su cueva en un país desconocido para ella: El País de los Gigantes. Pero no es él el único que vive ahí: hay nueve gigantes más, no tan amables como él, que harán todo lo posible para comérsela.
La filmografía de Steven Spielberg es extensa, para decirlo corta y claramente. En sus casi 60 años de carrera no ha hecho más que crear éxitos, tanto en cuanto a franquicias como a películas de una sola entrega. Su trabajo fue, a lo largo de los años, analizado hasta el hartazgo, probando que incluso en pequeñas secuencias, la lógica con la que procede es creativa y efectiva. Muchas de sus películas, que van desde el drama más triste hasta la comedia más graciosa, han creado personajes tiernos o aventureros, amados hasta el día de hoy, como E.T. (1982) o Indiana Jones (1984). Sin duda traerá con éxito toda la afectuosidad que el Buen Amigo Gigante tiene para ofrecer desde el lanzamiento del libro, en 1982.
A pesar de que The BFG está formada por un equipo de grandes nombres, el hecho de que muchos sólo aporten su voz le jugó en contra a esta película. En la piel del gigante se encuentra Mark Rylance, un actor con poca carrera reconocida en latinoamérica pero que entró al radar luego de ganar un Oscar a Mejor Actor de Reparto en 2016 por su papel en Bridge of Spies (2015). Lo acompaña Ruby Barnhill, una niña que recién incursiona en el cine pero que muestra capacidad y potencial. Penelope Wilton, una genia del escenario y de la pantalla británica le da vida a La Reina. El resto del equipo no aparece en carne y hueso, sino que se hizo motion-capture para incluirlos en el papel de los gigantes. Ellos son Jemaine Clement y Bill Hader, famosos cómicos conocidos por Flight of the Conchords y Saturday Night Live respectivamente. La teatralidad con la que todos trabajan estaría fuera de lugar en una película seria pero el imaginario de Roald Dahl sólo puede ser representado así: entre lo cálido y lo absurdo.
Es difícil llevar a la pantalla grande una historia con tantos matices como esta. Como cuando uno, ya grande, vuelve a ver películas de su infancia y entiende todas esas pequeñas críticas al mundo, The BFG no es sólo un cuento divertido con palabras mal escritas. El mensaje anti-guerra y las críticas a la hipocresía humana se esconden entre un montón de situaciones graciosas e ingeniosas comparaciones como sólo Roald Dahl puede dar. No es raro que este costado más oscuro se haya dejado de lado, aún manteniendo una gran parte de la violencia y drama que el libro contiene (en dosis que los niños son capaces de tolerar). La obra original fue publicada en 1982, por lo que la generación que creció leyéndola estará seguramente agradecida de la fidelidad con la que se hizo la adaptación y volverá a sentir el asombro que el País de los Gigantes causa.