Spielberg vuelve a su cine clásico atrapando al público infantil y al adulto por igual, acompañado por una historia relacionada con la literatura infantil. Suelen ser acertadas estas elecciones y te hacen volar la imaginación. Aquí cuenta las aventuras que vive una encantadora niña Sophie (Ruby Barnhill) que en un orfanato y por las noches lee cuentos antes de dormir, pero justo en una de esas ocasiones unos hombres borrachos con sus ruidos la interrumpen, Sophie los echa y luego de ese hecho aparece un hombre gigante de mirada tierna, como lo vio este se lleva a Sophie, al territorio donde viven otros con las mismas características, son diferentes porque no son amigables. Entre Sophie y este gigante nace una amistad bellísima aunque sean muy diferentes físicamente y también en sus costumbres pero uno aprende del otro. Sensacional cuando ambos ingresan en Londres al Palacio de Buckingham, se ve la Reina (bien interpretada por Penélope Wilton), sus asistentes, militares, Sophie y el Gigante. Cuando uno los ve en pantalla en algunas secuencias recuerda rápidamente la película “King Kong”. Hay diálogos o secuencias similares al amado “E.T. El extraterrestre”, entre otras. Ellos juntos viven momentos divertidos y peligrosos. Contiene varios momentos emotivos, se habla de los sueños, la inocencia, de la soledad, del amor, del diferente y de la amistad. Continúa Spielberg con la habitual fotografía de Janusz Kaminski y con la banda sonora de John Williams. Visualmente deslumbrante y todos los rubros técnicos impecables.