El placer de disfrutar juntos a Helen Mirren e Ian McKellen en roles protagónicos, sumado a la dinámica narración de Bill Condon (La Bella y la Bestia), levantan por completo un guión paupérrimo que no está a la altura del proyecto que merecía la reunión de estos artistas.
El director consigue aprovechar a estos dos gigantes del cine con un misterio que en principio parece interesante, hasta que el conflicto derrapa por completo con un giro argumental que no tiene el menor sentido.
La gran falencia que presenta El buen mentiroso es un problema que a menudo suele aparecer en las novelas policiales malas, donde la gran revelación proviene de una información que se le oculta a los lectores durante todo el relato.
De un modo chapucero y manipulador el autor entonces ata los cabos sueltos con un concepto que nunca se había planteado en la trama y hay que aceptarlo porque así está escrito.
En el caso de esta producción, durante los 20 minutos finales, Condon presenta prácticamente una película aparte con una larga explicación que tiene el objetivo de sostener un giro sorpresivo incoherente.
La conclusión resulta inverosímil y lamentablemente no se pude desarrollar esta cuestión sin entrar en el terreno de los spoilers.
Una pena porque la premisa general era interesante y McKellen (Mirren tiene un rol más chato) se hace un festín con el rol del estafador.
Los matices que le otorga al carácter de su personaje y el modo en que manipula a sus víctimas es un espectáculo aparte que justifica el visionado de la película, pese a sus falencias argumentales.
Bill Condon ya lo había dirigido en Dioses y monstruos (1998) y otro vez vuelve aprovecharlo con un relato que nos mantiene intrigados hasta ese fatídico acto final que hecha por la borda con su tontería el misterio construido.
Si hay un motivo para ver este film es por la dupla fantástica que conforman los dos protagonistas, donde Helen Mirren además eleva con su presencia un personaje que tampoco le daba tanto material para sobresalir.
El buen mentiroso no es para nada una mala película, pero podría haber brindado un gran thriller con un guión más sólido.