Roy Courtnay es un anciano, pero, sobre todo, un estafador nato. Su nueva meta, es seducir y robarle todo su dinero a Betty, otra mujer mayor y solitaria como él. La pareja parece llevarse bien, pese a que el nieto de Betty sospecha de Roy, pero el pasado de este se hará presente, creando varias dificultades.
Casi sin hacer ruido, llega a nuestros cines El buen mentiroso, film que se apoya en su totalidad, en las presencias de Hellen Mirren y Ian McKellen, quienes no solo logran cargarse el peso del film a sus espaldas, sino que deben ser de los pocos actores de la tercera edad, que llegaron a grandes sin casi hacer el ridículo en películas de dudosa calidad.
Sobre la historia mucho no podemos contar, ya que cualquier cosa aparte de la sinopsis podría resumirse como spoiler. Pero sí podemos decir, es que el film por alguna extraña razón, se nos presentaba como alguna comedia de atracos, cuando en realidad, estamos ante un thriller bastante interesante, que hace foco en el pasado de ambos personajes centrales.
Así que como es de suponer, Mirreny McKellen se roban la función con sus actuaciones. Ambos son viejitos encantadores y cariñosos, pero cuando la trama lo pide, cambian de personalidad, volviéndose unos personajes bastante perturbados y misteriosos, al grado que no nos gustaría cruzarnos con ninguno de ellos.
También hay que recalcar la sobria fotografía que tiene la película. Todo en tonos muy apagados y fríos, demostrándonos que hasta en los momentos de felicidad de los personajes, algo turbio está sucediendo por detrás.
Poco más se puede decir sobre El buen mentiroso. Es de esas cintas correctas, muy bien actuada, y que nos va a entretener en sus casi dos horas de duración. Pero al mismo tiempo, salvo por sus protagonistas, nadie se la va a acordar al cabo de una semana.