Que esta película haya sido elegida por sobre Madres Paralelas (De Almodóvar) para representar a España en los Oscars ya es alguna señal.
Entré a la sala de cine sabiendo muy poco e inmediatamente quedé sumergido en ese mundo y devorado por el espectacular personaje que compone Javier Bardem. Es de esos seres que odiás y amás al mismo tiempo, una persona detestable que acarrea todo el film y se convierte en hipnótico para el espectador.
La manera en la cual narra Fernando León de Aranoa es magnífica desde lo técnico, pero también desde la forma en la cual elige mostrar las miserias y hacer al público reír pero también empatizar.
Bardem está genialmente acompañado por Manolo Solo, Almudena Amor y gran elenco. Cada uno bien ubicado en tiempo y espacio para resaltar cada aspecto de un maravilloso guión.
Disfruté muchísimo está película, tendría que describir escenas puntuales para abordar un poco más mi fascinación, pero por razones obvias no lo haré. En una era post Don Draper (Mad Men) el “Patrón” de este film es uno de los personajes más atrapantes que he visto, motivo por el cual, hay que verlo sí o sí