Es una película reflexiva, emotiva, y sin golpes bajos. Un recorrido a lo largo de 800 Km que permitirá conocer mucho más que bellos paisajes.
La historia gira en torno a un importante oftalmólogo viudo Tom Avery (Martin Sheen) que vive apaciblemente en California y un día mientras juega al golf recibe una llamada telefónica donde le comunican la peor noticia que puede recibir un padre, su hijo Daniel (Emilio Estevez) falleció en un temporal en los Pirineos.
A veces los padres no entienden a sus hijos que tienen ese espíritu libre y aventurero, bueno esta no es la excepción, Tom no compartía, ni comprendía mucho a Daniel, tenían una visión opuesta de la vida, a él solo le interesaba salir a recorrer mundo y paso gran parte de su vida siendo peregrino.
Este padre se siente desolado y desamparado, notamos rápidamente que está muy solo, Tom decide viajar a Francia para encontrarse con los restos de su hijo, una vez allí, tocando sus pertenencias, descubre que Daniel comenzaba en pocos días un peregrinaje dirigiéndose a Camino de Santiago de Compostela y en su homenaje decide hacer dicho recorrido.
Aunque sea doloroso es la oportunidad que le da la vida de conocer como era su hijo, este recorrido comienza en Francia y termina en España, muchos son los peregrinos que han realizado este viaje desde hace siglos, y comienza a tener en cada momento una visión profunda de la vida de su hijo.
A lo largo del camino Tom va esparciendo las cenizas de su hijo, en este peregrinaje se va encontrando con distintas situaciones y personajes, con los que se va relacionando como: una fumadora empedernida de Canadá Sarah (Deborah Kara Unger), Joost (Yorick van Wageningen) que se encuentra excedido en peso y solo desea perder kilos para agradar a su esposa y complacer a su médico y un escritor irlandés Jack (James Nesbitt) egoísta y surgen borracheras y discusiones.
En este extenso recorrido, se encuentra con unos gitanos, por lo tanto nos metemos en sus comidas típicas y el baile de flamenco, también a lo largo del film nos ofrecen a los espectadores un bello paisaje, recorriendo por: pequeñas aldeas, pintorescas posadas, catedrales históricas, (hay algo de guía turístico), y algunos momentos de humor, el director, productor y guionista Estévez (quien en la vida real es el hijo de Martin Sheen, el nombre real de este es Ramón Antonio Gerardo Estévez Phelan), emplea el flashbacks y road movie, y nos muestra la relación de Tom con Daniel. Para reflexionar, bien actuada y dirigida, aunque uno de los problemas que posee, es que todo se podría contar en tan solo 90 minutos aproximadamente o de lo contrario daría más para un documental.