En 1920 el militar sueco Gustav Emil Haeger encabezó una expedición científico-comercial por el Chaco formoseño (cerca de lo que hoy son las localidades de Las Lomitas y Pozo del Tigre) que por entonces estaban habitadas por la comunidad Pilagá. La misión contó con un extraordinario registro fotográfico y fílmico que dieron vida al documental Tras los senderos indios del Río Pilcomayo.
Si bien aquel registro ya sirvió de base para una serie de Canal Encuentro sobre pueblos originarios y para Octubre Pilagá, Cristian Pauls lo utiliza de una manera muy diferente. Toma esas imágenes de extraordinario valor testimonial (luego sabremos que la lluvia arruinó muchos rollos por lo que el resultado podría haber sido aún más imponente) y el minucioso diario original que aquí es leído en off y en sueco para luego rehacer aquel viejo y ver qué ha cambiado (y qué no) en aquellas tierras.
El eje es un largo y minucioso recorrido durante el que Pauls visita a los descendientes de los Pilagá originarios y analiza la situación desde distintos puntos de vista. En un momento, por ejemplo, se escucha la voz de Mirta Busnelli leyendo parte de una sentencia judicial que ordena múltiples “reparaciones” por parte del Estado luego de dos masacres contra aquel pueblo ocurridas en 1919 (muy poco antes de la expedición Haeger) y en 1947.
En otro interesante pasaje de El campo luminoso Pauls se tienta con mostrarles a las nuevas generaciones pilagá algunas de aquellas imágenes tomadas por el equipo de Haeger a quienes fueron sus ancestros, lo que de por sí es una curiosidad, pero también encierra todo tipo de contradicciones internas y éticas respecto de cuestiones como el colonialismo.
Pauls habla con una lingüista experta en el idioma de los Pilagá, pregunta y escucha con suma atención a sus interlocutores y reflexiona en off respecto de eventurales posturas e imposturas. El resultado es un largometraje algo excesivo en una duración superior a las dos horas que cabalga entre el documental etnográfico, el género de viajes y aventuras (por momentos aflora cierto espíritu herzogiano), y el ensayo sobre los dilemas intrínsecos de filmar a y contar la historia de los tan castigados, humilados y desterrados pueblos originarios sin caer en el paternalismo ni en el pintoresquismo.