Una pareja bajo influencia
Debutante en el terreno de la ficción (hasta ahora había realizado tres documentales), Hernán Belón sorprende en El campo, un film que trabaja sobre la dicotomía campo/ciudad y que aborda el conflicto de pareja con grandes recursos cinematográficos y dos actuaciones sobresalientes. Dolores Fonzi y Leonardo Sbaraglia interpretan a ese matrimonio joven, con su pequeña hija de año y medio, que decide dejar atrás la ciudad y comprar una casa rural para criar a su pequeña en un entorno tranquilo. Sin embargo la calma campestre hará que sus conflictos de pareja se agraven y comience a acelerar el desgate de la relación.
Con un buen trabajo de fotografía, la película de Belón apunta a narrar de manera pausada, pero firme, cómo poco a poco la química de la pareja se va desgastando con el correr de los días en el campo. Con un manejo magistral de la puesta en escena, de la tensión, la disconformidad y las sensaciones encontradas, el film se construye en base a la brillante tarea de los protagonistas: Sbaraglia vuelve a confirmar su gran talento actoral y Fonzi realiza una de sus mejores labores, construyendo un personaje conflictuado y miedoso, de una forma gratamente sorprendente.
Si bien lo que sobresale en El campo es su acertada construcción narrativa y sus climas bien dosificados, hay que reconocer que los resultados no serían tan redondos de no tener ese minuto final en el que todo se resignifica. El desenlace, sin diálogos, le da un sentido y entidad a todo lo narrado anteriormente: gracias a él es que comprendemos el complejo entramado que existe detrás de esta simpe historia. El campo tiene un cierre notable y es el detalle que termina por redondear una película más que interesante.