Aires renovados, nuevos conflictos
La idea de hacer un cambio en la vida suele tener sus complicaciones y eso es lo que les ocurre a los personajes encarnados por Leonardo Sbaraglia y Dolores Fonzi.
Elisa (Fonzi) y Santiago (Sbaraglia), compran una casa en el campo y se establecen allí junto a su pequeña hija con el fin de pasar unos días rodeados por la naturaleza. Con este comienzo cualquier espectador podría pensar que está frente a una película de terror o suspenso, pero el director Hernán Belón mueve el timón de este drama psicológico que se toma sus tiempos para hacer estallar el conflicto central del relato.
Mientras Santiago está entusiasmado con el "nuego hogar" (repara la casa, sale de caza), Elisa muestra su incomodidad frente a los nuevos cambios que tiene su vida. Esas diferencias, más la de un entorno amenazante, se convierten también en obstáculos para la joven pareja.
El campo habla sobre las relaciones del matrimonio que se van tornando oscuras por diversos motivos y por la presencia de "extraños" (los vecinos) que disparan también el clima de desconfianza que sobrevuela la casona.
Con un cuidado marco formal, Belón intenta correr el velo sobre los problemas de pareja en un ámbito que les es ajeno y que deja al descubierto lo peor de cada uno de ellos. Personas que vivían en armónía y que ahora presentan un punto de quiebre. Para su tarea contó con la buena dulpla actoral que conforman Sbaraglia (siempre convincente) y Fonzi (sorprende con su trabajo lleno de matices), además de la pequeña Matilda Manzano. Logrados trabajos actorales al servicio de una historia intimista.