Reconozco que "El campo" me costó. Llegué a sala sin haber leído nada de prensa (saben que prefiero que me sorprendan) aunque presentí que iba a ver un thriller psicológico, por la gráfica y lo poco que me había llegado. Me equivoqué, esta primera ficción de Hernán Belón es un relato sobre la pareja, la paternidad y la adaptación a lugares potencialmente hostiles. Convengamos, no porque el medio rural sea un enemigo natural, sino porque para quienes vivimos en las grandes ciudades, las características que adopta la vida en lugares alejados y abiertos, supone complicaciones.
La historia arranca con la llegada de Santiago (Leonardo Sbaraglia) y Eli (Dolores Fonzi) a una casa, en el medio de la nada. Bueno, no es tan así. Pero parece! Su arribo se produce de noche y la oscuridad del lugar shockea bastante. La vivienda lleva 5 años deshabitada y se nota. Hace frío y la pregunta no se hace esperar: por qué están ahí?
Tienen un hija, Matilde, que no llega a los 2 años de edad y a la que los dos se dedican mucho (se ve que entró en la etapa deambuladora y hay que prestarle mucha atención). Podemos decir (además) que percibimos distintas expectativas hacia lo que esta mudanza representa y una manera de enfrentar las eventualidades que no los muestra sólidos como familia. Hay ruidos, externos e internos (se imaginan la paranoia en un lugar así, tan aislado) en cada uno de los protagonistas. Es cierto que comenzar a encarar la reforma de la casa es tarea ardua, pero más allá de eso, Eli elige disentir con muchas de las decisiones de Santiago... Seguido.
La convivencia se complejiza cuando los días pasan y la adaptación no se produce...
"El campo" relata con cuidado detalle el devenir de los hechos en la pareja, focalizando la mirada en lo vincular. Aunque sin dejar de lado el marco donde se da, es decir, el espacio rural que funciona como medio donde se mueven los protagonistas. Es cierto que la atmósfera importa, pero no hay que dejarse atrapar por ella: lo importante se da en la intimidad del matrimonio: es ahí donde hay espacio por explorar. Dentro del mismo, hay índices que ayudan a entender la naturaleza de cada discusión...
Las actuaciones de Sbaraglia y Fonzi son impecables. Sin ellos, no se podría contar esta historia. Su química es desbordante y el imán que generán desde la pantalla sostiene el metraje para quienes no están acostumbrados a este tipo de peliculas. Es cierto que Belón sabe transmitir y cuenta con un equipo técnico de primera, en el que se destaca la dirección de fotografía, central para retratar el ámbito donde esto los hechos se suceden.
En el debe, la película se toma un tiempo excesivo para narrar ciertos eventos, en los cuales el espectador es capaz de anticipar la resolución. También hay un desgaste en esta "espera" que el público "tradicional" sufre, quien aguarda una direccionalidad que a la larga el film no le va a dar...(es decir, muchos elementos utilizados -la señora mayor de presencia oscura, por ejemplo-, se corresponden con otras asociaciones de género). "El campo" es un película que (definitivamente) hay que ver libre de influencias y que cobra fuerza si lo ves, como un complejo drama familiar, antes que cualquier otra cosa.