Daniel Hendler presenta su nueva película El candidato: comedia negra que retrata la tesitura a la hora de crear un político.
Martín Marchand (Diego De Paula) está armando una campaña política en una casa de campo. Lo acompañan los que trabajan junto a él, además de un músico, un diseñador y una publicista.
Mientras presentan algunas ideas sobre el proyecto, el pasado de Martín comienza a relucir: la relación con su padre y el choque que tiene con los naturistas.
El poder y la política van de la mano y mientras que algunos intentan atacarlo con insultos por las redes sociales, por el otro el ataque es más físico y directo. La película de Hendler apuesta a la comedia, y a esa risa que, al salir de la sala, el espectador se plantea si es correcta o no.
Martín vive en otro mundo, desinteresado por aquellos que lo rodean y que espera representar (algo claro queda en cómo se acerca y se aleja finalmente del personaje de Matías Singer).
Trabaja el doble discurso como todo político y esto se acopla con la doble línea que Hendler impone a la cinta: por un lado, una comedia de situaciones con unos increíbles diálogos y remates y por el otro, el drama en donde el espectador entiende la manipulación de los medios frente a una figura.
De Paula no usa muchas palabras, ni siquiera puede armar un discurso improvisado, pero no lo necesita; su rostro lo dice todo, de la prepotencia a la indiferencia. Un excelente trabajo del actor para componer el personaje.
Caben destacar también los personajes secundarios muy bien construidos por Ana Katz, Matías Singer, José Luis Arias, Roberto Suárez, César Troncoso, Alan Sabbagh y Verónica Llinás. El director y el guion les brinda el espacio justo a cada uno de ellos.