EN BUSCA DEL POLÍTICO PERDIDO
La trama presenta a Martín Marchand (Diego de Paula) hijo de un millonario, quien quiere correrse del ala protectora de su padre y comenzar un nuevo partido político. Para lograr dicho cometido, llevará durante todo un fin de semana, a su casa en el campo, a un equipo completo de expertos, para dar imagen, forma y propuesta a su nueva figura pública. Entre asesores, diseñadores y hasta un músico, intentarán hacer que este desconocido y vale decirlo, ignorante personaje logre un lugar en el mundo que tanto ambiciona.
El estereotipo que compone De Paula, sobre un hombre que poco conoce de política, que ni siquiera sabe si su partido será de derecha, centro o izquierda, (aunque claramente esta última opción es muy poco viable), dice todo. Su preocupación por cada tema a definir es banal, solo quiere dar con un buen spot publicitario que venda aquello que no es. La coincidencia posible con el hijo de un millonario que ha llegado al poder político, parece no haber encontrado mejor momento para estrenar El Candidato en las pantallas nacionales.
Hendler conoce y maneja bien los tiempos de suspense en este trhiller, el cual podría, en un primer análisis, considerarse liviano o que no apuesta a fondo a mostrar el oscuro y patético mundo del marketing político, pero cumple a la perfección el objetivo que planeta desde el inicio. El guión es preciso, metódico y no tiene fallas, todos los personajes secundarios componen una actuación coral versátil y natural, todo aquello que busca el protagonista y no logra.
Verónica Llinas, como una mujer ambiciosa amiga del padre de Martín, es el punto más alto a nivel interpretativo, el cual dota de un humor negro, que flota en el filme casi todo el metraje, pero encuentra su punto álgido de la mano de la actriz.
Estamos ante una muy buena propuesta que reafirma las condiciones de Hendler como director, donde la fluidez narrativa nunca se detiene y el resultado es más que satisfactorio.
Por María Paula Putrueli
@mary_putrueli