Un tema viejo y tratado sin gracia
Sobre el armado de un representante político ya existen dos films igualmente llamados "El candidato". Uno, de Fernando Ayala, 1959, con gran elenco encabezado por el uruguayo Alberto Candeau, pinta el fracaso de un viejo partido y el consecuente declive de una familia tradicional. Otro, de Michael Ritchie, 1972, con Robert Redford y Peter Boyle, describe los artificios de un asesor profesional en la formación de un nuevo rostro, y sólo un rostro, para el electorado, que lo vota alegremente sin pensar mucho.
Ambas obras son agudas, incisivas, precisas e inquietantes. En cambio la que ahora vemos es exactamente lo contrario. Además le falta tensión, humor y verosimilitud. Eso que tenía una llamativa pauta inicial: el personaje es un empresario que convoca a supuestos asesores de imagen para armar un partido con el cual distinguirse de su padre. Pero ni el personaje ni la película tienen gran cosa que decir.