Para quienes no conocen el recorrido festivalero detrás de "El capital...", hay que decir que venció claramente a "La Grande Bellezza" en los David Di Donatello del 2013 en un montón de categorías, consagrandose como el film de ese año en Italia. Y recuerden que el film de Paolo Sorretino se llevó el Oscar a la mejor película extranjero en los Oscars el 2014...
Y digo esto, para que se den una idea del calibre del film que se estrena hoy en Buenos Aires. Reconozco que al principio de la proyección, tenía mis dudas sobre cómo funcionaría el tema de la obra (es una adaptación literaria de un autor americano del libro del mismo nombre de Stephen Amidon del 2004), teniendo en cuenta que el lugar donde se jugara la historia y el tiempo transcurrido de la idea original, era distinto.
Pero no, Paolo Virzi, supera todo lo que sabemos de él (su clásico costumbrismo local aquí deja lugar a un cineasta crudo, equilibrado y decidiamente global) y nos entrega su mejor trabajo en décadas (su carrera como director se remonta a 1994 con "La bella vita").
La historia es bastante simple, superficiamente: un conductor atropella a un ciclista que venía saliendo de su trabajo en la previa de la Navidad. Luego del impacto inicial al ver el accidente y de acuerdo a los tiempos que corren (perdón, es una opinión subjetiva extrema), el conductor huye. El hombre que yace en el piso, está herido y desconcertado. Pero eso, es sólo el comienzo del proceso.
Aquí se inicia una espinosa relación entre dos familias, contada en capítulos y desde distintos puntos de vista donde se jugará una cuestión ética y moral atravesada por el tema monetario. Imagínense un escenario despiadado donde los valores en cuestión te desestructuran a cada momento. Eso que sucede en la pantalla afecta al espectador, apela a su empatía y lo sumerge en una red de intereses económicos compleja, muestra de lo vil que se desarrolla en ciertos niveles sociales.
La estructura de thriller frío, lo visceral del metálico (el dinero) y la dureza y cinismo de una estirpe de clases (alta y media) a la que sólo les importa su propio centro, están mostradas como pocas veces.
Dentro de un elenco sólido y versátil, las palmas se la llevan Fabrizio Bentivoglio y Valeria Bruni Tedeschi, pero todos están realmente bien. Una gran gran película. Necesaria y atractiva, de lo mejor que hemos visto del cine italiano en nuestro país en estos últimos tiempos. No la dejen pasar.