Un mundo ideal
La nueva película de Disney El Cascanueces y los Cuatro Reinos, inspirada en El cascanueces y el rey de los ratones de E.T.A Hoffmann, tiene como protagonistas a Mackenzie Foy (hija de Bella y Edward Cullen en la saga Crepúsculo), Keira Knightley (su más reciente participación en Colette: liberación y deseo), Morgan Freeman, Helen Mirren y Eugenio Derbez, entre otros.
Si bien la historia no tiene como objetivo priorizar el ballet en su totalidad, logra darle su impronta, encarnando una trama un tanto atractiva, pero que no despliega un gran potencial.
Clara (Foy) es una jovencita diferente, con una mirada y apreciación sobre las cosas, sobre la vida y su alrededor, que llamará la atención no sólo de su madre. Con un guiño a Alicia en el país de las maravillas, la protagonista se encuentra con un ratón que roba una llave que le dejó su madre, buscando una intención: salvar lo que ella no pudo. Ella no tiene muy claro lo que debe hacer, pero si mantener consigo ese elemento.
A partir de ahí, comienza una aventura un tanto alejada de la realidad en la que vive, pero esto es Disney, un mundo ideal. Al pasar al otro lado, Clara se encontrará con personajes muy simpáticos y otros no tanto. Unos buscarán paz, orden y armonía, otros, en cambio, poder para beneficiarse, no importa a costa de qué.
En ese maravilloso mundo existen tres reinos: el de las Nieves, el de las Flores y el de los Dulces, encarnado por el Hada de Azúcar (Knightley), quien se alegra de inmediato al ver la imagen de Clara. Estos reinos están enfrentados a Mamá Ginger, quien es la causante de que ese ratón le arrebate la llave. ¿Para qué la querrá? Es importante dejar en claro algo: no todo es lo que parece.
La historia, como mencioné anteriormente, no está mal pero tampoco es de lo mejor. Si bien los guiños a diferentes películas (porque además de Alicia en el país de las maravillas, encontré una mención a Toy Story), hacen que El cascanueces y los cuatro reinos se conecten con tramas antes vistas y eso mantiene en vilo cada secuencia. Volviendo a la trama y sus componentes, las actuaciones y personajes están bien logrados. Quizás lo que no gustó tanto fue que no explotarán más a la protagonista, siento que siempre se queda en su papel de rostro aniñado y angelical, incluso cuando tiene que ponerse al mando de la situación y tomar otra postura.
Cabe destacar que algunos efectos dejan mucho que desear y sorprende que, proviniendo de Disney, no hayan explotado eso un poco más. Claramente no es una película que vayan a recordar como una de las mejores de esta compañía. Más allá de estas cuestiones, la película logra su cometido: entretener. Es una propuesta excelente para ir acompañados por niñxs.