Si tienen ganas de reír un buen rato con una película que cuenta el primer gran partido de fútbol, acerquense a su cine más cercano que no será ningún error. Más allá de que por momentos peque con un poco de prejuicios y caiga en los estereotipos de algunas culturas, los realizadores juegan con el sentido de pertenencia de los personajes para hacer cada vez más verídico el relato que quieren transmitir, sin caer en ningún tipo de racismo.
Las películas de stop motion, siempre han sido de llamar la atención. Ya sea por el trabajo que tienen los realizadores que las hacen, intentado lograr la semejanza hasta casi un 100%, la combinación de paisajes por computadora con los protagonistas hechos de otros materiales o por los mensajes que suelen tener estas pelis. Algunos más sencillos que otros, se las han arreglado siempre para entretener a grandes y chicos por igual.
El estudio británico Aardman fue el que impulsó a otro nivel la repercusión de esta difícil técnica artística, llevando a conocimiento de todos: Pollitos en Fuga (Chicken Run, 2000). La peli dirigida por Nick Park y Peter Lord, fue un hitazo en el Reino Unido y también consiguió un alto reconocimiento mundial.
Ahora, este estudio vuelve a juntarse con Park, para traer una nueva aventura localizada temporalmente, unos años luego de la caída del meteorito que aniquiló a los dinosaurios de la Tierra con El Cavernícola (Early Man, 2018). La historia se centrará en Dug, un hombre de las cavernas que junto a su amigo el jabalí Hognob deciden participar en un partido de fútbol para salvar su hogar del malvado Lord Nooth, quien quiere acabar con la Edad de Piedra para darle inicio a la de Bronce. En su versión original, la película cuenta con voces de actores y actrices de primer nivel como lo son Eddie Redmayne, Tom Hiddleston y Maisie Williams, entre otros.
Desde un primer momento, se puede notar que la peli está muy bien lograda y no era de esperarse menos. Suele decirse que para definir si una película es buena o mala, en los primeros cinco minutos uno puede descifrarlo y en esta ocasión, hay que darle la derecha a esta teoría. La introducción de los personajes y la problemática son introducidos a una velocidad y con una calidad, que van de la mano. Se toman el tiempo justo y necesario, ni más ni menos, para presentar un escenario donde a nadie le puede quedar ni una sola duda.
Si se quiere, esta sí es una película para chicos, lo que no la hace exclusiva para ellos. Por los problemas que se desarrollan, a más de un grandulón lo hará reír y porque no, hasta largar alguna carcajada. Si bien es predecible y el guion sigue la formula clásica del héroe que tiene que defender su pueblo de la amenaza, se las arregla para que no se torne aburrida en lo más mínimo. En este aspecto, el tiempo del corte final juega un papel fundamental, porque dura lo justo para este tipo de historias, con una hora y media.