En los últimos tiempos Hollywood ha abordado las comedias románticas con un target más amplio que le ha permitido atraer diferentes tipos de público. Este tipo de tramas de pareja con toques de humor ya no están dirigidas exclusivamente a las mujeres, como en el caso de Ligeramente embarazada con Katherine Heigl, una de las principales figuras del género, que luego hizo pareja con Gerard Butler en la más reciente La cruda verdad. Comedias bastante masculinas y hasta adolescentes, que, entre otras, ahora dan lugar a El caza recompensas, donde ese nuevo antigalán comparte cartel con una de las heroínas románticas por excelencia, Jennifer Aniston. Se trata de la conformación de una pareja que a priori parecía interesante, pero en las imágenes nunca se consolida. No logran remedar a la que en los años ochenta conformaban Goldie Hawn y Mel Gibson con mucha más química, carisma y sentido de la diversión, sin desconocer que además tenían detrás de las cámaras a un señor como John Badham.
En este caso Andy Tennant parte de una buena idea para afrontar una historia que combinaba un poco de acción con romance y humor; un policía en desgracia transformado en caza recompensas que debe atrapar a su ex esposa metida en líos legales. En estas nuevas tendencias del paso de comedia amoroso, hubiera resultado impensado años atrás ver a un pretendiente encerrando en el baúl de un auto y esposando todo el tiempo despectivamente a su objeto de deseo, entre otros ejemplos de maltrato entre ambos.
Pero El caza recompensas, más allá de algunas escenas divertidas, no tiene muchos puntos de contacto con la violencia sarcástica de Sr. y Sra. Smith ni mucho menos con La Guerra de los Roses, aunque estos films hayan servido de pretendida inspiración. Además la duración resulta excesiva para tan pocos momentos de auténtico entretenimiento.