“El Cazador” de Marco Berger. Crítica.
Juventudes reprimidas
En el habitual ciclo de estrenos de los jueves de Cine Ar TV, este 28 de mayo llega la nueva película del director de “Un Rubio”, “Plan B” y “Hawaii”. A partir del viernes se encuentra disponible en la plataforma streaming Cine.Ar Play. Por Bruno Calabrese.
La historia sigue a Ezequiel (Juan Pablo Cestaro), un adolescente de clase de media acomodada, que mantienen en secreto su deseo por otros hombres. En soledad, (sus padres se encuentran casi siempre de viaje) deambula por la escuela, por el barrio, a la vez que sufre el rechazos de algunos compañeros. Hasta que conoce a Mono (Lautaro Rodriguez), un joven skater. En una plaza comenzará un juego de seducción a través de miradas cómplices que desembocará en una relación oculta. Pero lo que parecía ser una historia de amor secreta entre dos jóvenes dentro de un contexto complicado para asumir su homosexualidad tiene un giro, cuando aparece en escena un supuesto primo del joven skater, el “Chino” (Juan Barberini) con quien irán a pasar unos días a una solitaria casa en las afueras de la ciudad. Por la noche la pareja de jóvenes se quedará en soledad, sin saber que algo extraño está sucediendo en la casa que hará que Ezequiel se encuentre en una peligrosa encrucijada de extorsión y tráfico de pornografía infantil.
Con el sello de cine de autor, ya característico dentro del cine de Marco Berger que lo hace sumamente interesante. Nuevamente se sumerge en una exploración de la homosexualidad y los deseos reprimidos a través de miradas cómplices, exposiciones corporales que se dan con total naturalidad en el ámbito de los hombres. Pero en todas sus películas esa temática era siempre abordada desde historias enfocadas en dramas personales con cierto toque de cine romántico y mucha carga emocional. “Un Rubio”, “Plan B” (su ópera prima) y “Hawaii” dan cuenta de eso, lo que lo han convertido en un referente dentro de género. Pero esta vez el director fue más allá, metiéndose de lleno en un terreno complejo, el de la la pornografía infantil.
Como una especie de thriller, la música es la herramienta principal para generar suspenso. Poco a poco, de manera incrédula, guiado por sus sentimientos hacia el Mono, Ezequiel se irá metiendo en un terreno peligroso, poniendo en riesgo su integridad. Una filmación suya teniendo sexo con el joven puede sacar a la luz su secreto más íntimo, lo que obligará a intentar de engañar a otra víctima. Allí aparecerá en escena, Juan Ignacio (Patricio Rodriguez), un joven de 14 años que recién está descubriéndose a si mismo y a sentir atracción por las personas del mismo sexo. Un trágico accidente en el que murieron su padres llevaron a que el niño sea criado por sus abuelos.
Su homosexualidad se ve reprimida pero encontrará en Ezequiel un confidente, alguien con quien podrá sentir la libertad de expresar su sexualidad sin temor, quien a su vez ve en el niño a la víctima que impida que su secreto se descubra. Pero el vínculo afectivo que nace entre ambos hará que el sentimiento de culpa aparezca en Ezequiel y lo obliguen a tomar una decisión sobre los pasos a seguir.
Todo ese bagaje de situaciones hace que la película se transforme en un drama social. Marco Berger se anima a bucear en el difícil terreno de la sexualidad adolescente con un tema espinoso, lo que hace de “El Cazador” su película más arriesgada. Sin recurrir a golpes bajos, de manera realista y natural, solo a través de sugestivas escenas que hablan por si solas, pero sin dejar de ser una mirada profunda y reflexiva sobre los peligros a los que están expuestos lis jóvenes por no contar con un marco de contención adecuado que permitan expresar preferencias sexuales que rompan con la heteronormatividad imperante.
Puntaje: 90/100.