Con guion, edición y dirección de Marco Berger, el film resulta inquietante, intenso, sorpresivo. El realizador de “Un rubio” y “Taekwondo” vuelve con su calidad habitual. Lo que parece el despertar del deseo en un chico joven con conquistas, avances y retrocesos, deriva en un clima de tensión casi policial donde todo lo que se sugiere incomoda y despierta sospechas. Llega a un tabú, como es el de la pornografía infantil, sin caer en la denuncia, el golpe bajo o la mirada cargada de moralina. Con mucha pericia, entra en ese tema terrible desde un punto de vista distinto y tiene un desenlace sorpresivo. El clima opresivo se sostiene aunque todo parece suceder en las márgenes del horror y se adivina más de lo que se ve. Con la gran entrega de sus actores, Berger se detiene en los pliegues del deseo que mutan a la incomodidad y el miedo. Sus personajes se encuentran en un conflicto que convoca el deseo, el amor y también el odio y la repulsión. Film complejo y rico. Con climas muy logrados. No hay que dejar de verlo.