Un reino que se derrite.
Esta es la historia previa a la que conocimos hace un par de años, cuando Blancanieves luchó contra la malvada Ravenna y recuperó su reino. Aquí encontramos a Ravenna (Charlize Theron) y a su hermana Freya (Emily Blunt) quien, luego de una tragedia personal, se convierte en la despiadada Reina del Hielo decidida a adoptar a cuanto niño se le cruce para convertirlo en un guerrero a su servicio. Uno de esos niños es Eric, al que años después conoceremos como El Cazador (Chris Hemsworth). Al pasar el tiempo también pasamos de precuela a secuela, ya que el filme nos traslada a los tiempos posteriores a lo sucedido en el filme anterior, y así El Cazador debe recuperar el espejo antes de que Freya lo haga.
Con un elenco millonario, de buenos actores, la película naufraga entre diálogos redundantes, escenas muy violentas alternadas con situaciones extremadamente infantiles y un farragoso argumento que complica lo que debía ser un simple cuento, con su moraleja incluída.
En lo técnico el filme es logrado, y aún cuando el rostro de Theron deslumbra y enamora, no es suficiente para salvar un filme demasiado enredado para lo que debía ser.