Perros de la ruta
Tras la consagratoria Reino animal (Animal Kingdom), el australiano David Michôd estrenó en el último Festival de Cannes una road-movie apocalíptica ambientada en un futuro cercano (diez años después de un evento no especificado al que todos llaman "El Colapso"), que remite a su coterránea Mad Max y al Quentin Tarantino de Perros de la calle (y, por efecto transitivo, al cine Clase B, al thriller y al western).
Historia de duelos y venganzas, película de gángsters de poca monta, de tipos duros y solitarios que se juegan a cada minuto la subsistencia (la amenaza está siempre a la vuelta de la esquina o -mejor- en la curva siguiente de la ruta), El cazador encuentra en el imponente Guy Pearce y en el esta vez bastante digno Robert Pattinson a sus dos protagonistas.
No se trata de una película demasiado sorprendente y hasta puede irritar en algún momento por su narración algo árida y minimalista, pero al mismo tiempo tiene un look, unos climas y varias escenas en las que Michôd consigue la tensión necesaria como para resultar poco menos que irresistible. Al menos, para los que gustan de este tipo de relatos sórdidos, estilizados e hiperviolentos. Un buen exponente del cine de género.