Con los peores ingredientes...
El cine francés es tan rico, tan diverso, y al mismo tiempo le está costando tanto llegar a la cartelera comercial argentina, que cuando se estrena un subproducto tan menor como El chef genera una mezcla de bronca e impotencia. No se entiende por qué los distribuidores locales, teniendo la posibilidad de elegir entre la vasta oferta del principal productor audiovisual de Europa, optan por una comedieta de cuarta, construida a pura fórmula, a fuerza de clichés y estereotipos, como esta de Daniel Cohen.
Hemos visto (disfrutado y padecido) decenas, centenares de películas europeas y norteamericanas con la comida y el mundillo gastronómico como eje. Y, si bien podríamos coincidir en que el subgénero está ya demasiado transitado (¿agotado?), pocos exponentes han sido tan pobres, tan escasos de ideas, como este protagonizado por Jean Reno y Michël Youn.
Un chef consagrado (Reno), un loser al que le gusta cocinar pero no tiene suerte (Youn). Una relación padre-hija, otra entre dos que están por ser padres y planean casarse. Un dueño de restaurante despótico. Diferencias generacionales y de estilos de preparar los platos. Con esos “ingredientes” (bastante sosos, por cierto), el guionista y director Cohen arma una comedia de enredos con gusto a poco, muy poco.
Anodina, chata, previsible, El chef no da ni para la sonrisa (la carcajada es aquí una utopía). Un film decididamente menor incluso dentro de la vertiente más comercial del cine francés, que supo y sabe regalar productos que pueden resultar un poco convencionales, pero son casi siempre muy eficaces. No es este caso. Consejo: ahórrense la entrada y vuelvan a ver Ratatouille.