El cine francés de regreso en la cocina
Desde "¿La pata o la pechuga?" y "Un loco lindo en el gran restaurante", ambas con el desaforado y memorable Louis de Funes, y tangencialmente "El restaurante", de Pierre Salvadori con Daniel Auteuil (2003), que los franceses no habían hecho otra comedia sobre una de sus artes más prestigiosas: la culinaria. Hasta que llegó ésta, que no pretende ser cómica pero provoca la sonrisa de principio a fin. El título original, debe aclararse, es "Comme un chef". Parece, tiene las características y el espíritu, pero todavía es "como un chef". Para serlo de veras, falta que lo descubran y lo contraten, nada más.
El tipo es un aficionado talentoso, entusiasta, trabajador, y sigue a pie juntillas las enseñanzas de un cocinero famoso, al que admira hasta el fanatismo. ¡Qué no daría por cocinar a su lado! Y ocurre el milagro: el mayor chef de Paris con el mayor fana que podría tocarle en su vida. Pero es tan fana que, puestos a cortar y hervir el puchero, no le permite al maestro la menor innovación, el mínimo desvío, se ofende, parece la loca de "Misery". Para colmo, el otro necesita innovar. Se lo exige el grupo financiero que controla su restaurant. El yuppie conductor del grupo, un flaco mala leche, ya tiene planeado hacerle perder categoría, echarlo y reemplazarlo por un cocinero modernoso.
Como si esto fuera poco, la hija del chef también tiene sus reclamos. Otro tanto, la mujer del aspirante a chef, que para colmo está embarazada y se cansa de verlo tan obcecado y purista que ningún restaurante lo toma. Así se desarrolla un suspenso doble, por el embarazo a término y el serrucho que amenaza a nuestros héroes.
Habrá que ver cuál de ellos triunfa, y de qué modo, qué afectos se rompen o mejoran, y qué escuela de cocina se impone: si la tradicional, o la tan mentada molecular, que viene de afuera. Buenísimas, todas las escenas que se rien de este asunto.
Y además, original y fresco el diseño de títulos, interesante el planteo sobre los distintos estadios de creación, rutina y renovación en la carrera de un chef, gozosos los resultados, graciosos los comediantes, lindas las mujeres, tremendamente apetecibles las comidas. Y toda la trama tan simpática, que al final enternece.