Cosa curiosa: la misma semana en que Spider-Man metaforiza desde varios puntos de vista ese asunto de ser padre, aparece en las carteleras este film de los hermanos Dardenne que se ocupa del tema. Un niño que escapa del hogar donde su padre lo ha abandonado, una mujer joven que comienza a ocuparse de él y una búsqueda son los elementos. Los Dardenne apelan, como siempre, al máximo de los realismos, y -también como siempre- llevan todas las tensiones hasta las últimas posibilidades. El film es un retrato de descubrimientos y del dolor asociado al placer y al amor, mientras alrededor de los personajes -que viven algo extraordinario- el mundo se disfraza de lugar plano y sin posibilidades para la (humana) aventura. Lo sorprendente del film es cómo todo, incluso lo más dramático, aparece sin que se note que alguien ha escrito un guión o que los intérpretes son actores profesionales. Con una historia no exenta de elementos riesgosos, estos cineastas reconstruyen el mundo.