No es que desde el afiche, el título y el elenco principal, uno sienta que se va a descubrir la pólvora, porque todo tiene un tufillo a esquemático, realización clásica, vuelta de tuerca que se viene venir a kilómetros, etc. Sin embargo uno hace la concesión. Entra a la sala dispuesto a redescubrir el código por enésima vez y dejarse llevar porque después de todo las figuras principales siempre son garantía de buenos trabajos.
Mae (Emma Watson) anhela con entrar a trabajar en una de las empresas líderes del mundo virtual, ese al cual en mayor o menor medida pertenecemos todos. Su ingreso representa una suerte de realización personal y profesional porque, lo sabemos, la red de redes era, es, y será el futuro. El capo de todo esto es Bailey (Tom Hanks), una suerte de hombre visionario con impronta de Steve Jobs que tiene al mundo subyugado por su capacidad, inteligencia y sagacidad.
“El círculo” entra en su propio vicio a partir de este momento en el cual todo parece un cuento de hadas por partida doble. Primero, porque es el descubrimiento de la otra cara de la moneda, lo que se esconde detrás de la fachada, ergo, el disparador del factor peligro que convierte a este estreno en un thriller convencional, bien manejado en términos de suspenso y pulsión dramática, pero convencional al fin. Segundo, porque la temática, actual, interesante y necesaria, debe dejarle paso al espectáculo, y por ende lamentablemente pierde profundidad.
La información, quién la maneja, cuánto realmente creemos estar en control, la privacidad, son algunos de los tópicos que aborda el guión y lo hace bastante bien en la primera mitad de la película. En ese tramo, toda la información entregada al espectador va construyendo de a poco el estado de vulnerabilidad de la protagonista (y de todos nosotros por carácter transitivo) como para dimensionar a un benévolo mundo virtual que si se vuelve en contra puede ser implacable.
Todo puede sostenerse también gracias a un elenco principal muy sólido. Tom Hanks hace creíble cualquier cosa a esta altura. y Emma Watson va por buen camino en pos de tratar de hacer olvidar diez años de Hermione en la saga de Harry Potter.
Luego ocurre lo dicho. En “El círculo” el apuro por resolver el thriller quita poder de reflexión aun cuando sea innegable la capacidad de tener al espectador un rato entretenido.