Tom Hanks regresa a la pantalla grande con un film dirigido por James Ponsoldt y basado en el best seller del escritor estadounidense Dave Eggers.
Mae (Emma Watson) atraviesa una situación laboral y personal difícil: no se siente cómoda en su rutinario trabajo y desea ayudar a sus padres más de lo que puede. Pero esa realidad cambia cuando consigue empleo en El Círculo, la empresa de tecnología y redes sociales más poderosa del mundo. Allí conoce Eamon Bailey (Tom Hanks), el fundador de la compañía, quien la incentiva a participar de un innovador experimento que atraviesa los límites de su privacidad y ética.
Salvando las distancias y épocas, El Círculo (The Circle, 2017) hace recordar a historias como las que plantea el libro Un mundo feliz, de Aldous Huxley (1932) o la película The Truman Show (1998). Porque aparece un protagonista que es modificado por un “ente todopoderoso” al que responden ciegamente miles de personas.
En este caso, las posibilidades de crecer dentro de una empresa que le ofrece “todo” a sus empleados y el lugar de popularidad que consigue en poco tiempo es lo que confunde a Mae. La ambición, el poder y la necesidad de exponer la vida en las redes sociales que tiene la sociedad actual son aspectos que desarrolla la película de Ponsoldt.
La producción del film es muy buena. Y las actuaciones son excelentes: Watson consigue un gran protagónico y Hanks se luce una vez más. Sin embargo, el atractivo de la historia tiene vaivenes y no consigue atrapar completamente al espectador. Porque como el tema es importante en la actualidad, en especial el lugar que ocupa la información, la escasa profundización deja sabor a poco.
El Círculo tiene todo para ser una gran película. Pero termina siendo un film aceptable con aristas interesantes para reflexionar.