Precisa como un paso de baile
"Tuve un sueño loco anoche. Estaba bailando El Cisne negro", asegura al principio de la historia Nina, el personaje interpretado magistralmente por Natalie Portman. Dedicada obsesivamente a la danza, Nina vive con su estricta madre (Bárbara Hershey), que la presiona y ve que su mundo tambalea cuando entra en juego la competencia por acceder a un rol destacado en la nueva temporada de El Lago de los Cisnes, el cásico de Tchaikovsky.
El director de la compañía Thomas Leroy (Vincent Cassel) cree que Nina es su mejor opción, pero ella se verá amenazada por Lily (Mila Kunis), una nueva bailarina. Esa rivalidad encenderá algo más que pasos de baile.
El nuevo film de Darren Aronofsky (Réquien para un sueño, El luchador) muestra un mundo frágil y competitivo, donde se ponen a prueba el esfuerzo y la dedicación constante. Y lo hace con un cámara en permanente movimiento que sigue a criaturas que buscan aprobación y reconocimiento.
Entrre accidentes (el que sufre la bailarina encarnada por Winona Ryder) y zapatillas de punta, resulta preciso el lado oscuro que aflora en el mundo de Nina. Cada personaje seduce desde su lugar y todos guardan dos caras como en el ballet que representan. Tentaciones, disciplina, sexo y vicios conducen el relato en un entorno clásico pero con una historia alimentada por el "lado B" de la danza.