Llega este jueves el estreno de la última película de la dupla de directores Gastón Duprat y Mariano Cohn (El hombre de al lado, El artista, Living Stars) con guión de Andrés Duprat.
Daniel Mantovani (compuesto maravillosamente por Oscar Martínez) es un escritor consagrado, valorado tanto por sus pares como por sus lectores. Acaba de ser elegido para el premio más importante de toda su carrera, el Nobel de Literatura. Digamos que lo acepta, pero es increíble (y como mínimo audáz) el discurso de rechazo que da ante el jurado cuando lo recibe.
Entre la enorme cantidad de invitaciones de todo el mundo que llegan a su residencia de España, hay una de la municipalidad de Salas, provincia de Buenos Aires. El motivo, consagrarlo como Ciudadano Ilustre de su pueblo natal. Descartándola de plano en un principio, hace más de 40 años que se fue de la Argentina, decide aceptarla y regresar.
Cuando hay talento, cuando las cosas se hacen con calidad, cuando hay una buena historia que contar, cuando se cuidan todos los detalles, pienso que el boca en boca hace el resto. El casting está impecable, muy bien elegido todo el elenco. Hay en el film una fuerte autocrítica al propio arte. El humor aparece en muchos instantes, logrados y con gran efecto. Como por ejemplo, cuando le pasan el vídeo homenaje que le hace la gente de su pueblo, o cuando se presenta al canal de tv de Salas para dar una nota. Muy presente la mirada critica, contenida, a la mediocridad. También valorada cuando hay talento detrás (Montavani recibe para darle una lectura los cuentos del joven escritor recepcionista del hotel) Como una paradoja de su propio destino el escritor repite en diferentes pasajes del film “mis personajes de las novelas nunca pudieron salir de Salas, y yo nunca pude volver”.
Bien escrita, con muy bella fotografía, y una excelente dirección “El Ciudadano Ilustre” entra dentro de la categoría, para mi gusto, de las imperdibles.