La casa del horror
El esperado film de Pablo Trapero, que inquietaba de la misma forma en que motivaba con lo que se podía apreciar en su tráiler, no decepciona. Esencial resulta la mano del director de Carancho para que la narración conserve el interés y mantenga netamente enfocado al espectador. En la balanza, pesa mucho más lo positivo, y dentro de ello vital importancia encuentra el rubro técnico. El rodaje y lo sonoro acaban resultando dos de los aspectos mejor trabajados en la aberrante crónica acerca de la familia Puccio.
Basada en hechos reales y ambientada en la década del ochenta (con determinados apartados que van remarcando el contexto y la época), El Clan introduce al observador en lo que probablemente haya representado uno de los casos policiales más estremecedores de la historia de la sociedad argentina. Arquímedes (Guillermo Francella) es el padre de cinco hijos y esposo de Epifanía. En el interior de la familia Puccio, de apariencia unida y formal para quienes ven desde afuera, se esconde un oscuro clan dedicado al secuestro extorsivo y asesinato de personas. Todo bajo la estructurada, fría y horripilante planificación de Arquímedes, acompañado por dos de sus hijos, Alejandro (Peter Lanzani) y “Maguila”, el militar retirado Rodolfo Franco y sus amigos Guillermo F. Laborde y Roberto Díaz.
El Clan funciona principalmente por la forma en que Trapero nos sumerge en los acontecimientos a través de un pulso narrativo firme. La proyección no requiere de un relato desbordante de nervio para intrigar y cautivar. Su ritmo, en ocasiones pausado, no se presenta como un obstáculo para el visionado de la obra, sino más bien como un ejercicio dotado de misterio que despliega un apreciable halo de magnetismo, producto también de la atmósfera siniestra y del carácter perverso, propio de cada uno de los sucesos que se van exhibiendo.
Destacable es el papel desempeñado por Guillermo Francella, quien incluso después de su rol en El secreto de sus ojos continuó, para muchos, encasillado como un actor cómico. Francella supera altamente el desafío impuesto para encarnar al inescrupuloso Arquímedes. Las dudas que se acumulan al comienzo del film sobre la performance de nuestro intérprete central, se van disipando conforme los minutos pasan hasta evaporarse por completo desde la segunda mitad hacia adelante, instancias en las que el psicópata padre de familia nos muestra, con mayor voracidad, su lado más vil y repudiable. Por otra parte, entre algunos secundarios quizás de tibia labor, el que realmente convence a través de su interpretación es Peter Lanzani.
El empleo de la cámara no es un detalle menor en El Clan. Pablo Trapero se encarga de deleitarnos con algún que otro elegante y sugerente plano secuencia (como el que se puede visualizar en el tráiler) para darle continuidad a una escena, añadirle una pizca de suspenso y a la vez descubrir un determinado hecho. Además, muchos de los pasajes de la cinta ganan puntos extra gracias a un excelente soundtrack (suena desde Wadu Wadu de Virus hasta Tombstone Shadow de Creedence) que se fusiona gratamente con las situaciones que se exponen, otorgándole un nivel más alto de dinamismo y de enlace, algo que contagia y además entusiasma al público.
En un 2015 en el que tal vez no nos hayamos topado con piezas cinematográficas descollantes, El Clan emerge como una apuesta fuerte, que se vale de una historia narrada sólidamente y poseedora de un final sobrio, admirable.
LO MEJOR: el relato, la gran interpretación de Guillermo Francella. La música combinada con la maestría de rodaje de muchas escenas. El desenlace. Interesante labor de Peter Lanzani.
LO PEOR: algunos roles secundarios modestos, aunque no del todo convincentes.
PUNTAJE: 8,6