Casa nueva, padre y niña, niña desaparece de manera imposible en cuarto cerrado. Exorcista, fantasmas, presencias siniestras y un pasado que vuelve a enfrentarse con la vida. Lo de siempre, pero siempre bien hecho, con el timing justo, que fusiona los dos peores miedos: el de un padre de perder a su hijo, el de la reaparición de lo numinoso opresivo frente a nuestra impotencia. Efectista sí, puede ser, pero cumple y dignifica.