Amy es una madre y ama de casa full time; se encarga de dejar a sus hijos en el colegio, ayudarlos con los deberes, de trabajar y además de todo verse bien y tener siempre la casa impecable para el vago de su marido. Pero cuando descubre una infidelidad, toda la fantasía se viene abajo y decide tomarse un tiempo para sí misma, siendo consciente de que tanto sus hijos como su esposo se pueden cuidar solos. Así entabla una relación con dos mujeres en situaciones similares y decidirán vivir un poco la vida.
Estamos ante una película que viendo la temática, el elenco y el tono del poster, el público general podría tildar no de film feminista, sino directamente “de minita”, y créanme lectores que si uno piensa así, está prejuzgando bastante mal a El Club de las Madres Rebeldes.
Pese a lo absurdo que resulta el nombre en Latinoamérica (Bad Moms es el título original), El Club de las Madres Rebeldes es mucho más una crítica al mundo superficial, perfeccionista y aburrida corrección política en el que vivimos; que un film que quiere establecer una postura sobre la también absurda guerra de sexos que se nos quiere hacer creer.
Los personajes de El Club de las Madres Rebeldes no levantan ninguna bandera, y el único discurso que tienen (eso sí, se vuelve bastante reiterativo en la película), es que quieren disfrutar un poco de la vida mientras aún son jóvenes. Esto funciona muy bien gracias al guión escrito por Jon Lucas y Scott Moore (responsables, entre otras, de la saga The Hangover y que acá se encargan también de dirigir), donde todo este sub mensaje está intercalado entre gags que funcionan muy bien en su mayoría, ya que se alejan de las flatulencias o las caídas.
También El Club de las Madres Rebeldes funciona porque tiene un trío protagónico con mucha química: Mila Kunis, Kristen Bell y Kathryn Hahn se entienden a la perfección, y parecen amigas de verdad. A esto hay que sumarle que como antagonista tenemos a la siempre correcta y graciosa Christina Applegate. Nada de qué quejarnos desde el lado de la actuación.
Sí molesta un poco y se siente innecesaria una sub trama amorosa que involucra a la protagonista, con un obvio galán que tiene a todos los personajes femeninos del film suspirando. No sólo no aporta nada a la película en sí, resta un poco al mensaje de que las mujeres pueden vivir bien y felices fuera del concepto de familia ideal con hijos y pareja.
El Club de las Madres Rebeldes es una entretenida película, que seguramente terminará sorprendiendo a varios sólo por haberla prejuzgado. Graciosa, sin una bajada de línea obvia y explícita, se postula como una de las mejores comedias protagonizadas por mujeres del año. Sin la necesidad de colgarse del nombre de una franquicia como vimos hace poco….