Madres que no llegan a reivindicarse
Entre tantas comedias sobre hombres que pierden el control (¿Qué pasó ayer?; Old School) le damos la bienvenida a El club de las madres rebeldes, que muestra a mujeres que un día le dicen basta a las mil presiones que la sociedad les impone. Es una buena noticia, aún cuando el resultado no sea óptimo.
El tratamiento de este tema en tono de comedia es original y la película tiene grandes momentos en los que se muestra cómo estas madres intentan descargar las tensiones, pasándose de la raya a veces, pero en un muy acertado camino de auto descubrimiento.
Las actrices Kathryn Hahn, Kristen Bell y Christina Applegate, mucho más que la protagonista Mila Kunis, se lucen a puro talento y con perfecto timing para la comedia.
La película demuestra sus buenas intenciones al hablar sobre la forma en que la sociedad juzga a las madres y la pérdida de la libertad personal que implica criar a los hijos, al mismo tiempo que se intenta tener una carrera y una pareja feliz. Pero los realizadores, Jon Lucas y Scott Moore, no buscaron una forma propia para contar esta historia de tres madres descontroladas y se ciñeron a la narrativa y estética típica de estas comedias. Resultan un poco cansadoras las incontables escenas filmadas como mini videoclips con canciones pop de moda y la inclusión de un conflicto que implica una competencia entre dos madres. Ambas parecen sacadas de un implícito manual de la comedia de Hollywood de esta época, sin considerar que aplicar sus reglas, efectivas como han probado ser, no siempre es lo que se necesita. En este caso hubiera sido necesario un planteo diferente para una película que pretende ser transgresora.
Durante los títulos hay una serie de diálogos entre las actrices junto a sus madres reales que resultan muy emotivos y divertidos.