Ser madre ya no es lo que era.
Amy (Mila Kunis) es una joven madre que siempre está pendiente de sus dos hijos, se encarga de que lleven los mejores trabajos prácticos a la escuela y viandas orgánicas hechas en casa. Además, es ejecutiva en una empresa de café, realiza todas las tareas del hogar y como si todo eso fuera poco siempre está esplendida.
Tanta perfección no podía durar para siempre y un día las cosas comienzan a tambalear. Entre un marido bastante inútil, un perro enfermo, hijos demandantes y un jefe inmaduro, Amy colapsa en el medio de una reunión escolar, descargando su ira contra Gwendolyn (Christina Applegate) -la presidente del grupo de padres, una insoportable ama de casa con mucho tiempo libre- quien trata con tiranía al resto de las madres, imponiendo reglas absurdas en actos escolares y enventos donde venden tortas.
Amy decide que esto no puede continuar así, que la vida no puede transitarse con ese nivel de stress, por lo que junto con otras dos madres -la sufrida Kiki (Kristen Bell) madre de cuatro, y la despreocupada Carla (Kathryn Hahn)-, le hará frente a la autoritaria Gwendolyn para hacerle entender al resto de las progenitoras que una madre puede disfrutar de la vida y permitirse cometer errores.
Con la premisa de lo complicada y sufrida que es la maternidad el filme no tarda en caer en varios lugares comunes sobre el cansancio y la falta de reconocimiento, y para salir de allí cae en otros estereotipos: los de la señora que dice basta y de un día para el otro estaciona el changuito de las compras y se va de tragos con sus amigas, se emborracha y descontrola como una adolescente.
Utilizando siempre como recurso el humor -no del bueno sino más bien del accesible y efectista-, alguna que otra escena escatológica y mucho descontrol femenino, el filme no escatima en detalles para mostrar el derrape maternal, pero concluye con un final feliz y políticamente correcto donde el mensaje es que lo más importante en la vida de una mujer son sus niños.
"Bad moms" -su titulo original, bastante diferente del que le han puesto en las carteleras argentinas- es una película graciosa y entretenida que quedó a mitad de camino entre lo que podría haber sido una buena sátira sobre los estereotipos maternales y se acomodó en el molde de una sitcom, desperdiciando el talento cómico de las actrices, especialmente el de Applegate y Bell, que claramente están para más.